Aunque el ronquido ha sido considerado durante mucho tiempo como signo de buena calidad del sueño, actualmente esta estimado como un síntoma del estrechamiento excesivo del calibre de las vías respiratorias durante el sueño. Una de cada 4 personas ronca habitualmente y es más frecuente en personas con sobrepeso, hombres y normalmente empeora con el paso de los años. No obstante, también es frecuente en niños con hipertrofia de amígdalas y vegetaciones.

El ronquido se produce porque hay un estrechamiento del flujo aéreo en las vías respiratorias altas, sobre todo en la faringe, paladar blando, úvula, amígdalas y la parte posterior de la lengua (base de lengua). Una obstrucción nasal por desviaciones de tabique en los adultos o por vegetaciones en los niños también contribuye a la aparición del ronquido.

En algunas ocasiones, el ronquido se acompaña de otros síntomas como las apneas o cese de las respiraciones durante el sueño. Estas apneas producen una disminución del oxígeno en la sangre, desestructuración del sueño y alteraciones del ritmo cardíaco, con aumento de la tensión arterial (sistémica y pulmonar). El Síndrome de apnea del sueño predispone a padecer un infarto cardíaco o cerebral, y , por lo tanto, es una entidad que debe ser considerada como una enfermedad grave y debe de ser tratada en todos los casos.

Es el otorrinolaringólogo el que debe explorar las zonas anatómicas de las vías respiratorias altas para objetivar donde está el problema y las soluciones que puede tener.
Si roncas, aquí te dejamos algunas RECOMENDACIONES, que pueden ser útiles:
– Sí tienes sobrepeso debes someterte a un tratamiento para perder el peso que te sobra (bajo supervisión médica). Es la primera medida a tomar. La pérdida de peso mejorará el calibre de las vías respiratorias altas durante el sueño y es un tratamiento esencial en los pacientes roncadores, máxime si tienen apneas del sueño.
– No utilices somníferos. Las benzodiacepinas deprimen el centro respiratorio y empeoran las apneas.
– Evita el uso de tabaco y alcohol. El tabaco produce inflamación de las mucosas respiratorias lo que favorece su colapso durante el sueño. El alcohol , sobre todo si se toma tres horas antes de dormir, favorece las apneas y aumenta el ronquido.
– Controla el stress. Procura evitar las situaciones que te produzcan excesivo stress y, en la medida de lo posible, relajarte antes irte a dormir.
– Adquiere una postura correcta durante el sueño. A veces, los ronquidos aumentan en determinadas posiciones y disminuyen al dormir de lado o boca abajo. Otras veces mejorará al poner bajo la cabeza varias almohadas.
– Procura no cenar demasiado y deja varias horas entre la cena y la hora de acostarte. Además de su influencia directa sobre el sueño, con estas medidas se disminuye la posibilidad de que haya reflujo gástrico a la faringe, con la consiguiente inflamación de la mucosa faríngea, que favorece el ronquido y las apneas.
– Realiza algún deporte. Si no tienes tiempo, es útil caminar o subir escaleras.